¿Y los candidatos radicales?

El peronismo, oficialista y opositor, tiene al menos media docena de postulantes a la gobernación. En UNEN nacional hay cinco presidenciables. Pero en la UCR entrerriana nadie se propone para suceder a Urribarri. Da la impresión que esperan a De Angeli.


El episodio que protagonizaron esta semana Elisa Carrió y Pino Solanas sirve como muestra de cuan potente puede resultar para UNEN el impacto de un acuerdo con PRO. Es que aunque Solanas carece de un desarrollo político importante en la provincia, el rechazo a un acuerdo con el macrismo es amplio en Entre Ríos, al menos por lo que expresa públicamente la dirigencia. 

De hecho, dos de los tres partidos que integran UNEN en Entre Ríos –el socialismo y el GEN- han sido claros en desechar un eventual entendimiento con el senador Alfredo de Angeli como expresión provincial de PRO, y en la UCR las posiciones están divididas. Pero el dato más saliente es que, a diferencia de lo que ocurre en otras provincias, en Entre Ríos no hay planteos tan claros desde el radicalismo para un acercamiento al macrismo. De nuevo: al menos públicamente. 

Por el contrario, la mayoría de la dirigencia se muestra cauta y opta por ubicarse entre los dos polos que marcan, por un lado, el intendente de Maciá, Ricardo Troncoso a favor de aliarse a De Angeli y, por el otro, el diputado nacional, Fabián Rogel, en contra. 

Como en otros lugares del país, en Entre Ríos hay carencias y virtudes compatibles que, desde el más puro pragmatismo, tornan conveniente una sociedad política UCR-PRO. El macrismo tendría en De Angeli a un candidato instalado, pero carece de un partido con presencia territorial, con fiscales para cuidar los votos y punteros para repartir la boleta. La UCR tiene todo esto último, pero no posee candidatos instalados. Ni siquiera lanzados. 

Sin cabeza 

Para la oposición interna, las dos derrotas consecutivas de 2011 y 2013 dejan automáticamente fuera de carrera a Atilio Benedetti, no sólo porque fue quien encabezó ambas propuestas electorales, primero como candidato a gobernador y luego como postulante a senador, sino porque su grupo, la corriente Illia, fue el que condujo el partido en ambos procesos electorales. Algunos agregan un plus: le reprochan que su intransigencia para negociar su candidatura fue lo que impidió el acuerdo con De Angeli en 2013 y, en consecuencia, lo hacen responsable por haber llevado al partido al tercer lugar y, con ello, perder la representación en el Senado de la Nación que siempre tuvo la UCR entrerriana. 

Pero, lo concreto, es que si Benedetti mandó todos estos años en la UCR es, sencillamente, porque ningún otro dirigente o sector reunió más poder. La corriente Illia siguió conduciendo el partido porque todos sus críticos no lograron ponerse de acuerdo en un proyecto alternativo. 

Y ahora, a las puertas de un nuevo proceso electoral, sigue sin aparecer en la UCR un candidato que exprese algo parecido a una renovación. Hay nombres para el partido, algunos más nuevos que otros, pero en general se percibe poca decisión (¿poca vocación de poder?) para definir candidaturas para 2015. 

En el peronismo de Entre Ríos, oficialista y opositor, ya hace meses que hay al menos una media docena de nombres anotados para suceder a Sergio Urribarri. El frente UNEN nacional tiene cinco presidenciables, dos de ellos radicales. 

Mientras en la UCR, como partido dominante de UNEN en Entre Ríos, no surjan candidatos –nuevos o repetidos- De Angeli, aun sin haber lanzado, seguirá cotizando para muchos como la mejor solución para 2015.

Fuente: Página Política

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