La comunicación del agro está en debate después del paro rural

Luego del fracaso de la última medida de fuerza del sector productivo, no debería llamar la atención a la dirigencia de las entidades gremiales, la poca respuesta del resto de la sociedad. No existe una estrategia de comunicación.
La agricultura en general y varias economías regionales están en situación de quebranto. La caída de los precios internacionales de las principales materias primas, y un dólar “atrasado” para las exportaciones, está llevando a muchos productores a una situación que se hace insostenible. Esto lo saben productores, dirigentes del sector y también los funcionarios de gobierno, que en público no lo reconocerán como es obvio, y menos a dos meses de las elecciones generales.
El tema que debería preocupar a los dirigentes agropecuarios no es la falta de diálogo con el gobierno; es más alarmante la falta de conocimiento que la sociedad tiene sobre esta situación.
El acompañamiento que tuvo el reclamo del sector en 2008, por el aumento a las retenciones, se fue diluyendo. Por estos días, cuando la coyuntura económica es más complicada que hace siete años, los reclamos quedaron fuera de la agenda pública y a nadie pareciera interesarle.
¿Alguien tiene la culpa?
Es cierto que la salida de Federación Agraria (conducida por Omar Príncipe) de la Mesa de Enlace restó a las otras tres entidades la capacidad de movilización que tienen los federados; pero también es cierto que desde hace mucho tiempo en la mesa de enlace se pasa más tiempo en discusiones internas que diseñando una estrategia que le permita lograr un espacio más importante en la agenda pública.
La comunicación
En Argentina y el mundo, salvo los denominados medios “grandes”, en general se subestiman los temas vinculados con la producción y por lo tanto en su staff no es sencillo encontrar un periodista agropecuario. Con seguridad hay un cronista (o dos) de espectáculos, esta información es más “taquillera”.
Las empresas o entidades del sector agropecuario hacen lo mismo. En Entre Ríos son contadas las que incorporan a un comunicador especializado, para que se ocupe de algo tan básico como es informar. Si existiera una estadística de inversión en este rubro, demostraría la escasa o nula importancia que se le da al tema.
En su gran mayoría los periodistas agropecuarios desarrollan su actividad en forma independiente y deben destinar más tiempo a conseguir publicidad para sostener sus espacios que a la labor profesional. Aquí también es bueno decir que la inversión privada y estatal es muy limitada y el esfuerzo para sostener un producto comunicacional es enorme y desgastante.
Ahora bien, hacer que los temas del agro sean más accesibles y atractivos al público general no es solo responsabilidad de los periodistas. Los referentes de cada eslabón de las cadenas agroalimentarias y los dirigentes de sus entidades gremiales, deberían ser sus principales voceros, para eso hay que entender la comunicación y luego planificar una estrategia a desarrollar. “El campo”, tiene el gran desafío de contar sus “historias”, para que el resto de la sociedad comprenda al sector cuando hace sus reclamos. Me permito compartir una interesante nota publicada en un medio español (Ver extracto en esta misma página) y que tiene que ver con la biotecnología y cómo se desarrolló una estrategia de comunicación para que la sociedad comprenda el aporte de la biotecnología en la producción de alimentos. La comunicación fue la clave.

(*)Periodista Agropecuario, conductor del programa Campo en Acción de las radios LT 15 y LT 14 y presidente de la Asociación Entrerriana de Periodistas Agropecuarios (AEPA).

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