El acuerdo de Unen en Buenos Aires expresa una realidad electoral que en Entre Ríos es muy distinta, por el inferior desarrollo electoral de las fuerzas aliadas, como el Socialismo, el GEN, o Proyecto Sur. Desde el PRO, De Angeli hace propuestas.
Apurados por los tiempos nacionales (el 22 de abril lanzan el Frente Amplio Unen), los radicales de Entre Ríos afrontan un debate clave: definir el marco de alianzas para 2015.
Pero la provincia presenta una particularidad: los votos que a la UCR le faltan para convertirse en opción de gobierno no están en el Socialismo, mucho menos en el GEN o en Proyecto Sur. Esos votos los tiene el PRO o, más precisamente, el senador Alfredo de Angeli, que el año pasado quedó en el segundo lugar, con el 23%.
Tras la separación del bustismo, que se fue al Frente Renovador de Sergio Massa, en el PRO entrerriano creen que la única chance de conformar una alternativa de poder pasa por aliarse al radicalismo, dueño de un caudal electoral que no baja del 20%. Suman: 20 más 20 y sueñan con una victoria electoral.
Aunque abunde el pragmatismo, en la UCR ponen muchos reparos a esta alternativa. La primera, naturalmente, es la disonancia ideológica con el frente nacional, que ha puesto a PRO como un límite para sus alianzas.
Pero además, mientras la UCR puede exhibir un piso de votos propios, el caudal electoral de De Angeli es una incógnita. No sólo por lo que le resta la salida del bustismo de Unión por Entre Ríos, sino por las dudas que genera una eventual candidatura del ruralista a un cargo ejecutivo (una cosa es votarlo como senador para que haga ruido en Buenos Aires y otra confiarle el manejo del gobierno), y las resistencias que provocan sus aspiraciones para ocupar la cabeza de la lista. Ya pasó en las negociaciones de 2013.
Es mucho lo que debe salvarse para imaginar un acuerdo UCR-De Angeli. Pero la voluntad de parte del ruralista existe y ya se la transmitió a algunos dirigentes del radicalismo.
Fuente: Página Política
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